Se habla de todo, menos de lo que hay que hablar

CUBA VACAVisitas, viajes, compromisos, aperturas, negocios, diálogos, fotos, cruceros, cumbres, nuevas rutas aéreas. Todos quieren ir a Cuba, ver los «cambios» de primera mano y retratarse estrechando la mano del Tirano en Jefe. Pareciera que Cuba entra al concierto de naciones.

Nada más ajeno a la realidad. Como decimos los guajiros, están poniendo la carreta delante de los bueyes.

Si bien es cierto que existe una «euforia» triunfalista en muchos lugares del globo por las «aperturas» de la tiranía castrocomunista, es bueno recordarle a los ilusos que esos «cambios» son más nominales que reales. Para el cubano de a pie la actual coyuntura no representa ningún cambio real a sus condiciones de vida. En la Isla prevalece una dictadura férrea que reprime despiadamente a sus ciudadanos y apresa a todo el que se atreva a cuestionar el sistema tirano-comunista-feudo-monárquico que  desgobierna a la nación.

El verdadero regocijo de las corporaciones es que han ido a negociar con un tirano que posee una obra de mano esclava calculada en millones, un clima perfecto, mujeres bellas, puros habano, ron caliente y una posición geográfica estratégica. Para estos amorales no existen los muertos, los desaperecidos, los asesinados por la tiranía, los exiliados, ni la ausencia de libertades. Sólo importa visitar el mayoral al trapiche y ver cómo los esclavos se las arreglan para pasar inadvertidos y, por lo menos, seguir con vida a ver si Dios dispone de algo mejor para el futuro.

Para los hijos de mi patria no habrá derechos humanos, elecciones democráticas, libre mercado o dignidad nacional. Seguiremos sin elegir a un líder que nos represente y mucho menos tendremos la oportunidad de asociarnos libremente. La internet seguirá siendo un sueño frustrado. La vida del cubano consistirá en conservar la doble moral hasta que aparezca la oportunidad de escapar de la cárcel gigante y rehacer su vida en otras latitudes.

Por Alexandro González

 

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